Según un estudio de Osinergmin publicado en 2024, alrededor de 8 de cada 10 hogares a nivel nacional declararon haber experimentado algún tipo de problema con el servicio eléctrico. Entre los principales inconvenientes, se destacan las deficiencias en las instalaciones eléctricas (59%), las interrupciones eléctricas (51%), problemas con el alumbrado público (48%) y con el recibo de luz (26%).
Esta información, en contexto con el apagón ocurrido en distintos puntos de Europa durante fines de abril, resalta la vulnerabilidad de los sistemas eléctricos y la necesidad de contar con soluciones confiables para mantener la operatividad de servicios esenciales.
“Lo que vimos recientemente en España demuestra lo vulnerable que puede llegar a ser una infraestructura de energía ante un corte sorpresivo. En vista que en Latinoamérica situaciones similares son muy comunes, resulta indispensable contar con soluciones de respaldo que alimenten ininterrumpidamente y cuenten con una sólida primera línea de defensa para prevenir apagones”, señaló Vanessa Moreno, Country General Manager de Schneider para Perú & Bolivia.
¿Cómo evitar quedarse sin electricidad?
Una de las alternativas que se ofrece, hoy, en el mercado son los sistemas de alimentación ininterrumpida (UPS, por sus siglas en inglés) que se perfilan como la primera línea de defensa para asegurar la continuidad eléctrica en todo momento, representando una respuesta efectiva para organizaciones de todos los tamaños; su formato compacto les permite adaptarse a cualquier entorno de instalación, brindando protección a diferentes escalas operativas.
Para Vanesa Moreno, lo que distingue a los Smart-UPS es la durabilidad de sus baterías de litio, que pueden prevalecer hasta 10 años, y su capacidad de adaptarse a diferentes necesidades, ya sea en configuraciones monofásicas o trifásicas. Además, algunos modelos ofrecen la opción de monitoreo remoto, lo que facilita la supervisión del estado del sistema y las baterías.
La capacidad de estos dispositivos varía según el modelo y el tamaño del sistema, y están diseñados para alimentar una amplia gama de equipos, desde pequeñas oficinas hasta grandes instalaciones.
Un llamado a la acción
Aunque se han logrado avances notables en el acceso a la energía eléctrica en Perú, con un 96% de la población teniendo acceso a la red pública en el primer trimestre de 2024, muchos hogares y empresas aún carecen de sistemas que aseguren la continuidad del servicio ante posibles interrupciones. Esto resalta la necesidad de adoptar soluciones más modernas y resistentes para proteger las actividades esenciales y garantizar que sectores clave sigan operando sin contratiempos.
“En muchas empresas de Perú, un apagón no solo afecta la comodidad, sino que interrumpe procesos clave como la cadena de suministro o la atención médica. Es el momento de que las compañías que tienen la posibilidad inviertan en soluciones de respaldo como los Smart-UPS, que son el futuro de la resiliencia energética. Estos sistemas no solo mitigan el riesgo de cortes, sino que aseguran que, incluso en momentos críticos, la infraestructura eléctrica continúe funcionando de manera eficiente, evitando pérdidas significativas», finalizó Moreno.
En un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la energía, invertir en tecnologías que garanticen la continuidad del servicio se vuelve fundamental para minimizar los riesgos de apagones y asegurar el correcto funcionamiento de sectores esenciales.
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